30 jul 2010

01.02 Como trabajar los ejercicios



Entender lo que hacemos

Es un error muy frecuente el lanzarse a la desesperada a por los ejercicios aun cuando ni se sabe como trabajarlos ni se han entendido lo suficiente. Desde mi punto de vista, un ejercicio que no se ha entendido no sirve más que para realizar el ejercicio en sí mismo. No vamos a aprender absolutamente nada más que podamos aprovechar. Por eso creo de vital importancia entender qué estamos haciendo, para ser capaces de incorporar ese conocimiento a otros contextos.

Pongamos que aprendo un lick en La menor. Si soy capaz de entender que estoy en esa tonalidad, en una forma concreta y trabajando sobre una secuencia de acordes determinada la próxima vez que me encuentre en situaciones similares podré hacer uso de ese lick o variarlo a mi antojo. Y no sólo me servirá para contextos muy similares sino que podré trasladarlo a otras situaciones diferentes. Si entiendo que estoy haciendo convertir ese lick menor en mayor para adaptarlo a una base en modo mayor, moverlo para hacerlo entrar en otra tonalidad o podré hacer las variaciones necesarias si me muevo dentro de una secuencia diferente de acordes.

Si sé lo que estoy haciendo las posibilidades son casi infinitas. De un sólo ejercicio puedo hacer miles y los puedo aprovechar a la hora de componer o de improvisar.

A los alumnos que han de examinarse lo primero que se les dice, y con toda la razón, es que lean bien las preguntas para asegurarse de entederlas antes de contestar. Más importante que el "qué responder" es el "a qué responder" y el "cómo responder".
Así pues no se trata sólo de qué debo interpretar sino cómo lo debo interpretar y que pasos he de seguir para interpretarlo correctamente.



Elección de los ejercicios

Con el paso del tiempo los guitarristas progresivamente hemos tenido acceso a más y más ejercicios. Bien por medio de libros de guitarristas (métodos, recopilatorios de licks, libros de partituras), por revistas de guitarra o a través de internet (portales, páginas web, aplicaciones o programas informáticos).
Dicen que estamos en la era de la sobreinformación, nos vemos saturados de datos y el verdadero problema es saber que información es la correcta. Es normal que en este caos de la información una de las mayores empresas sea precisamente Google, un buscador.

Entre ese océano de ejercicios diversos debemos ser capaces de seleccionar los adecuados para nosotros y para nuestro nivel. A pesar de que esta página no pretende convertirse en un página de ejercicios podreis encontrar en ella los suficientes como para desarrollar los conceptos teóricos que se trabajan en cada ocasión.

En principio los ejercicios deberían ser más bien cortos de duración, sobretodo al principio. Es más fácil de memorizar y de trabajar y nos permite enfocar directamente la cuestión. Además hemos de aceptar las limitaciones de nuestra capacidad de atención. Según algunos estudios un hombre adulto no es capaz de mantener la concentración en algo en concreto más de 3 minutos, lo cual nos reafirma en la idea de practicar con ejercicios de poca duración.

Otra cosa importante es variar la dificultad de los ejercicios que ejecutes. Trata de mezclar ejercicios fáciles con otros más complicados y practica varios diferentes cada día, aunque apenas le dedique un par de minutos a cada uno. 





El proceso de aprendizaje

Podemos decir que en cada ejercicio hay 2 procesos que debemos completar, uno físico y el otro mental o mental.
En primer lugar entender qué estamos haciendo, si se trata de un arpegio o de una escala, en que tonalidad está, en que posición, etc. Pero no sólo eso, debemos fijarnos en cómo realizarlo. Si la mano derecha debe hacer pua y contrapúa, un barrido o ligar según que notas,


Memorización

Antes de practicar el ejercicio con la guitarra es ideal tenerlo ya en la cabeza (a excepción claro está de los ejercicios de lectura a vista). Un primer paso puede ser marcar los golpes con palmadas para asegurarnos de haber asimilado perfectamente el tempo. Podemos usar un metrónomo o marcar con el pie el tempo y marcar el ritmo con palmadas. Trabajaremos a un tempo cómodo, incluso al principio un tempo bastante libre y poco a poco a medida que lo tengamos interiorizado intentaremos ser lo más estrictos posibles.

Una vez tengamos claro el ritmo trabajaremos la digitacion en la guitarra. Lo primero sería memorizar la melodía hasta el punto de poder cantarla con aceptable fidelidad. Una vez memorizada la melodía podemos proceder a buscar esas notas en la guitarra. Empezaremos por tocar de manera libre, si tempo, simplemente para saber traducir a trastes esa melodía que ya tenemos en la cabeza.

Cuando ya sepamos el ritmo, tengamos la melodía y sepamos ubicar correctamente las notas ya podemos empezar a trabajar la parte física del ejercicio.



Trabajando la parte física del ejercicio

Supongo que los que ya lleveis tocando un tiempo lo habreis escuchado miles de veces, pero es cierto, lo primero que hay que hacer es trabajar el ejercicio muy despacio. Hay que elegir un tempo cómodo, casi tan lento que se haga aburrido. Nos fijaremos en el movimiento de las manos. Hay que tratar de que sea fluido, suave, cómodo. Las notas han de sonar con claridad y la duración debe ser la correcta, no solo hay que tener ritmo para ejecutar una nota sino también para saber cuando silenciarla.
Intentaremos anticipar los movimientos. Ésto se consigue preparando los dedos antes de que intervengan. Imagina que tengo que tocar 3 notas, una con el primer dedo, otra con el cuarto y una tercera con el primer dedo de nuevo en otra cuerda. Cuando pulso la segunda nota mi primer dedo ya tiene que dejar de pulsar e ir a buscar la siguiente cuerda para que cuando llegue el momento esté perfectamente preparado para pulsar el traste que le corresponda.
Se trata en definitiva de no pensar como robots haciendo los movimientos uno detrás de otro si no de hacerlos a la vez. Mientras se pulsa la segunda nota y mientras esa nota suena el primer dedo ya va a buscar la tercera nota. No espero a que termine de sonar la segunda nota para buscar la tercera, eso sería muy brusco y no acabaría de estar a tempo (o no dejo sonar la segunda nota todo lo que debería o entro tarde a la tercera).

Si quieres imaginarte esto piensa en alguna maquina industrial o mejor aún, en algún robot estilo Robocop, con esos movimientos tan bruscos y en contraposición en el simple caminar del hombre, en la danza o el patinaje artístico. Eso es lo que buscamos, la fluidez, bailar sobre las cuerdas, hacer patinaje sobre el mástil. Puede parecer una tontería pero para que nuestro ejercicio acabe sonando bien debemos hacer una coreografía de nuestros dedos sobre el mástil.

Una vez tenemos el movimiento bien fluido, definido y sin errores, entonces y sólo entonces podemos empezar a incrementar la velocidad. En este proceso nuestro organismo ya lo ha aprendido, ya se han creado las asociaciones neuronales que nos permiten realizarlo sin vacilar y es sólo cuestión de reforzarlas.
Empezaremos a incrementar la velocidad progresivamente. Unos pocos bpms cada, vez asegurandonos de no perder ni fluidez ni definición en nuestra ejecución. Es muy importante no cometer errores y especialmente importante no repetirlos. Los errores se transforman en vicios y esos vicios serán el día de mañana nuestras limitaciones. Si el tempo es excesivamente rápido bajaremos a un ritmo más cómodo hasta que estemos preparados para subirlo.

Si vamos subiendo paulatinamente esa velocidad seguramente llegaremos a un punto en que no podamos tocar más deprisa sin cometer errores. Pudiera parecer que hemos llegado a nuestro límite, pero la mayoría de las veces es una barrera psicológica que por supuesto hay que romper.
Para ello vamos a hacer una pequeña trampa, a romper la regla que os he dicho que en alterior parágrafo. Como ya sabeis las reglas están para romperlas, pero hay que saber cuándo hacerlo y que objetivo pretendemos conseguir.

Llegado a ese punto subiremos bastante la velocidad, tiene que ser un cambio exagerado no como hasta ahora de unos cuantos bpms. Una cifra orientativa puede ser subir un 10-20%, y trataremos de tocar lo mejor que podamos. Obviamente no vamos a ser capaces de conseguir ni fluidez ni precisión, de hecho trataremos de intentar seguir el ejercicio y ser capaces de llegar al final sin perdernos.
Con esto obtenemos 2 cosas muy importantes. La primera y más importante es que obligamos a que nuestra mente trabaje mucho más rápido con lo que seguramente romperemos esa barrera que no nos permitía pasar de un tempo. Si volvemos a la velocidad original nuestra percepción será de que el tempo ya no es tan rápido como nos parecía antes y seguramente podremos subir unos pocos bpms sin perder definición. Hemos roto esa barrera psicológica, podemos seguir buscando nuestro límite.
La segunda información que obtenemos al tocar por encima de nuestras posibilidades son los puntos concretos que más nos cuestan. Nuestro límite vendrá dado por la parte que más complicada sea para nosotros, y si sabemos cuál es ya podemos trabajarla independientemente para ponerla a la altura del resto de partes.



Dividir el ejercicio

Una buena manera de trabajar es dividir el ejercicio por compases o frases según su dificultad. De este modo trataremos cada pequeña parte, por ejemplo de apenas 3 segundos, como un ejercicio independiente Con lo que podemos seguir los pasos de memorización y trabajo físico para cada parte.
No obstante en este caso no nos centraremos mucho en llegar a altas velocidades ya que no nos serviría de nada ser capaces de llevar la primera frase a los 200 bpms si en la siguiente apenas podemos pasar de 80.
De esta forma en cada pequeño lick o frase que hayamos seleccionado podremos centrarnos en la técnica en particular que se haga uso.
Pongamos por ejemplo un solo donde intervengan muchas y muy diferentes técnicas. Si conseguimos dividirlo en secuencias cortas podremos resumir el solo en partes como "arpegio en Am", "fraseo descendente", "pentatónica con saltos de cuerda", "frase con bends", etc. Muchas veces cuanto más cortas sean esas divisiones mejores resultados obtendremos.

Como ya vimos en el apartado anterior, suele suceder que en un ejercicio haya partes que nos cuesten más que otras. Al poder dividir el ejercicio podremos seleccionar esas partes para trabajarlas con más rigurosidad.
Una buena manera de practicar esos fragmentos costosos es establecer un bucle que los repita sin cesar sobre el cual los tocaremos, de esta forma centramos nuestros esfuerzos en esa parte.



Trabajar las manos por separado

En ocasiones hay problemas de coordinación de las manos que no nos dejan pasar de un cierto nivel. Esto es bastante frecuente en fraseos con púa alterna o con sweep en los que la mano derecha sea compleja. En estos casos podemos recurrir a un buen truco como es trabajar ambas manos por separado.

Para trabajar la mano izquierda podemos colocar un trozo de tela o una goma de pelo en el mástil para evitar que suenen las cuerdas o taparlas cruzando los brazos y colocando la mano derecha sobre los primeros trastes. Nos fijaremos en el golpeo de la nota y en su duración. El golpeo debe ser preciso, no tocando otras cuerdas, y fluido. Intentaremos evitar el presionar demasiado fuerte, se trata de tocar tal como lo haríamos con ambas manos (si suena más bajito no os preocupeis y no intenteis golpear más fuerte).

Por otro lado, para trabajar la mano derecha dejaremos que la izquierda repose sobre las cuerdas tapándolas todas sin presionar el mastil. Se trata de que al pulsar con la derecha suene sólo la percusión de la cuerda, pero no ninguna nota en concreto.
Bien, observaremos el patrón de golpeo de la púa y nos concentramos en repetirlo, en observar los cambios de cuerdas y las partes de barridos que son las más complicadas.
Es muy importante seguir el tempo con la máxima rigurosidad. Es un error muy frecuente pensar que es la mano izquierda la más importante y fijarse a la hora de ejecutar un ejercicio sólo en esa mano. Nada más lejos de la realidad. Si hay una de las manos que realmente lleva el ritmo ésa es sin duda la derecha, por ello la izquierda es la debe seguir a la derecha y nunca al revés.



Entrenador de velocidad en Guitar Pro

Como hemos visto, una vez el proceso memorístico (o cognitivo) está ya realizado el trabajo que nos queda por hacer es el físico (o locomotor). Para ello lo más normal es usar un metrónomo he ir aumentando la velocidad poco a poco. Bien, existe una función en el programa GuitarPro que es el Entrenador de Velocidad y que consiste en indicar el compás de inicio y el de final para que te cree un bucle que se reproducirá a un tempo indicado. Este tempo puede ser constante o puedes hacer que cada vuelta varíe un porcentaje aumentando o disminuyendo hasta un determinado valor que tu indiques.
Sin duda es una excelente manera de ahorrar tiempo cambiando el tempo en el metrónomo aunque hay que asegurarse de parar cuando se alcanza un tempo en el que se comete algún error. Cuantas más veces cometamos el mismo error más probabilidades hay de volver a cometerlo, por ello en cuanto aparezca un error lo mejor es parar y analizar porqué se ha producido y solucionarlo trabajandolo independientemente. De lo contrario viciaremos ese error y desgraciadamente pasará a formar parte de nuestra ejecución siendo muy complicado desprenderse de él.








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